Heridas con olor a miedo y a quiero.

Tengo heridas que me duelen al pensar que lo voy queriendo cada día un poco más, pues no quiero volver a fallar.
Me muero por un abrazo, me muero por divertirlo, me muero por ver esos ojitos sonreír, sì; dije ojitos porque cuando ríe lo hace con sus ojos tambièn, tiene un brillo en su mirada, tiene luz propia.

Me muero por orar a Dios junto a èl. Me pierdo entre tanto deseo, entre tantas palabras que llegan a mi corazón.
Me muero por conocerlo, saber que pasa por su mente, lograr abrir las puertas de su corazón, vencer miedos, vencer inseguridades y depresiones.
Me muero por explicarle todo lo que pienso, que me pudiera entender...

Qué más da lo que digan... que la edad, que la distancia.. ¡Que va!.