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La segunda vez también.
Me di cuenta de que lo hermoso del amor es que, con cada oportunidad que se le da, es como si se te fuera la vida misma para descubrir, más tarde, que no era así. Pero que la sensación se vuelve una clase de adicción que empieza y termina repetidas veces.
Tal vez sólo somos adictos a la sensación de estar enamorados. Y no a las personas que nos lo provocan.
Yo, por eso, ando buscando aquel que me genere adicción al mismo tiempo que amor. Para perder la loca costumbre de ir y volver. Quiero quedarme esta vez. ©